Cualquier bomba que, tras una rotación de su eje, desplace un volumen fijo de producto, independientemente de las condiciones de presión a la salida, es una bomba de desplazamiento positivo, lo que no se consigue en las bombas centrífugas.
Sin embargo, cuando se bombean líquidos de baja viscosidad y a altas presiones, incluso en bombas de desplazamiento positivo, se produce una pequeña reducción del caudal por rotación del eje, de aproximadamente un 10 %.
Son bombas que no admiten recirculación interna, es decir, mueven fluido siempre desde la entrada hasta la salida. Estas bombas se caracterizan por trabajar con caudales bajos y presiones altas y pueden utilizarse con fluidos más espesos (mayor viscosidad). Las bombas de desplazamiento positivo se dividen en dos grupos: bombas alternativas y bombas rotativas.
Las bombas de desplazamiento positivo también pueden llamarse BOMBAS VOLUMÉTRICAS, así se llaman porque desplazan una cantidad fija (finita) de volumen de fluido a la vez.
Un ejemplo de bombas volumétricas son las bombas de pistón donde su mecanismo de funcionamiento se restringe a tres elementos mecánicos básicos: CILINDRO, PISTÓN y VÁLVULAS. Con estos 3 elementos se crea un semivacío en un extremo de la bomba y una compresión en el otro extremo, tomando así el fluido de una posición baja y colocándolo en una posición más alta.